El Palacio de Egmond de Bruselas (Bélgica) lució ayer sus mejores galas. La inmensa mansión construida entre 1548 y 1560 en el corazón de la ciudad, reunió a unas 300 personas, entre personalidades del deporte internacional, funcionarios de distintos países e invitados especiales. Todos habían asistido para la entrega anual del Comité Internacional de Fair Play, entidad fundada en 1963 por la Unesco y organismos deportivos, en defensa y promoción mundial del juego limpio. Un tucumano, médico cirujano de profesión y ultra atleta por afición, se erigió en el protagonista mayor de la elegante reunión que se concretó en la fresca tarde noche belga.
Jorge Ariel Rodríguez, nacido en Concepción, se convirtió en el dueño del “Pierre de Coubertin World Fair Play Trophy”, la mayor pieza mundial con que se reconoce un acto deportivo noble. En octubre de 2016, mientras competía en León (México), en el DecaultraTri (un quíntuple Ironman), logró reconstruirle el rostro a un participante noruego, Henning Olsrud, que se había accidentando durante su desarrollo. Con ropa deportiva, una máscara quirúrgica y guantes, ingresó a la sala de emergencias e hizo la cirugía necesaria. Gracias a esta intervención, el europeo pudo completar el desafío.
“Cuando vi la bandera argentina en el escenario, con el Himno sonando, me estremecí. Luego proyectaron imágenes de lo que hice y dijeron mi nombre. Fue un momento tremendo. Volví mi cabeza a aquellos días en que ayudé a mi colega. Soy una persona de bajo perfil, no podía creer que estuviera allí, con tanta gente aplaudiendo”, contó Rodríguez a LA GACETA por teléfono, desde su habitación en el hotel Thon Hotel Bristol Stephanie.
El concepcionense viajó solo a Bruselas, invitado por el Comité, cuyo presidente es el húngaro Jenö Kamuti, también cirujano. Desde que llegó, lo colmaron de atenciones. “Me llevaron a conocer la ciudad y una banda de música nos acompañó a todos lados. Hubo distintas recepciones y charlé en inglés con mucha gente. Me preguntaban sobre lo que había hecho; fue muy lindo sentir el reconocimiento de personas de todo el mundo. En esos momentos sentí que estaba representando al país y era todo un orgullo para mí.”
Apenas el concepcionense llegó al Palacio de Egmond, tuvo en el embajador argentino en Bélgica, Pablo Grinspun, a un compañero inseparable en cada uno de los momentos de la ceremonia. “Uno a uno fueron pasando todos los deportistas del mundo que iban a ser distinguidos, en cuatro categorías. Ellos recibieron un diploma. Y luego me llamaron a mí, para entregarme el premio al ‘Gesto Deportivo Ejemplar’, para el que había sido nominado por el Comité Olímpico Argentino.”
En medio de un protocolo estricto, Rodríguez fue llamado al escenario donde, además de Kamuti, esperaba el presidente del Comité Olímpico Internacional, el belga Jacques Rogge (también cirujano). “Me hicieron hablar, me preguntaron si lo que hice lo volvería a hacer. Y yo dije enfáticamente que sí, que en todo momento la profesión me llama, no importa que esté vestido de deportista. Hubo un aplauso cerrado, yo atiné a sonreír, nada más.”
Cuando la ceremonia terminó, el ultraatleta y especialista en cirugías reconstructivas máxilofaciales (trabaja en el hospital Regional Concepción), fue objeto de entrevistas de distintos medios de prensa. También lo abordaron los deportistas, que querían hacerle preguntas y sacarse fotos con él. Una cena de gala, ofrecida en uno de los salones del palacio, cerró el programa de actividades del día. Posteriormente, fue conducido al hotel, al que arribó en horas de la madrugada.
Para el concepcionense las actividades continuarán hoy, dado que todos los premiados compartirán un almuerzo, a modo de despedida. Rodríguez permanecerá en Europa hasta mañana.